El PAN y su Juego Sucio en el Congreso
Lo ocurrido en el Congreso del Estado con la lista de aspirantes a jueces y magistrados no es más que una maniobra política burda para garantizar el control del Tribunal Superior de Justicia. La Junta de Coordinación Política (JUCOPO), encabezada por el panista Alfredo Chávez, decidió fragmentar la lista original enviada por el Comité de Evaluación del Poder Legislativo, creando así una selección a modo que asegure posiciones estratégicas para su conveniencia.
La justificación de Chávez Madrid es endeble: afirma que separaron la lista porque “hay condiciones” para aprobar la de jueces y juezas, pero la realidad es que la lista de magistrados fue apartada para evitar su aprobación. ¿La razón? Dentro de ella están nombres identificados con Morena, lo que aterra a la administración estatal, que ya siente el desgaste político rumbo a las elecciones.
El coordinador morenista Cuauhtémoc Estrada lo dejó claro al señalar que esta es una maniobra para mutilar y manipular los listados. Y no está equivocado: el PAN sabe que la batalla en las urnas no le favorece y teme perder el control del Poder Judicial, lo que explicaría este intento desesperado de atrincherarse en el tribunal.
Este movimiento es, en esencia, una admisión anticipada de derrota. El gobierno estatal y su partido reconocen que son ya la segunda fuerza política y buscan asegurar un blindaje institucional ante un posible descalabro electoral. No quieren arriesgarse a perder el control del Tribunal Superior de Justicia porque saben que en las urnas la historia será otra.
Pero esto no es solo un reflejo del 2024; es una muestra de lo que ocurrirá en 2027.
El PAN y sus aliados están aceptando, sin decirlo abiertamente, que su tiempo en el poder está contado. Saben que las preferencias electorales no los favorecen y que su debilitamiento es inevitable. Lo que hicieron en el Congreso es solo una jugada desesperada para aferrarse a lo poco que les queda.