La incongruencia y doble discurso de una senadora

La incongruencia y doble discurso de una senadora

En política, las palabras pesan, pero los hechos pesan aún más. La senadora Andrea Chávez, quien en 2019 criticaba con vehemencia el financiamiento empresarial de campañas políticas, hoy parece haber cambiado de opinión. En un giro que raya en la contradicción, ahora justifica que empresarios financien su propia estrategia electoral, lo que inevitablemente nos lleva a la famosa frase: “Siempre hay un tuit”.

Lo que antes era motivo de escándalo y rechazo ahora es visto como una “colaboración” entre el sector privado y la política. Esta evidente doble moral no solo expone la falta de coherencia en su discurso, sino que también refleja un fenómeno común en la clase política: el uso del discurso populista para ganar simpatía, solo para abandonarlo cuando conviene a sus propios intereses.

El caso de Andrea Chávez es representativo de una generación de políticos que, bajo la bandera de la transformación, han terminado adoptando las mismas prácticas que criticaban. En su tuit de 2019, celebraba que el presidente López Obrador no dependía de los empresarios para financiar su campaña. Sin embargo, en 2024, parece que las reglas han cambiado, al menos cuando se trata de su propio beneficio.

Este episodio no solo la deja mal parada ante la opinión pública, sino que también plantea preguntas incómodas: ¿Hasta qué punto su discurso es genuino? ¿Qué otras posturas pueden cambiar cuando sea conveniente? Y lo más importante, ¿realmente hay diferencia entre la vieja política que criticaba y la que ella ahora representa?

La ciudadanía tiene la última palabra, pero lo cierto es que en política, la memoria es un arma poderosa. Y cuando se trata de Andrea Chávez, la hemeroteca y los tuits del pasado están ahí para recordarnos que el discurso fácil no siempre resiste la prueba del tiempo.