Bonilla ya podrá hablar… pero las instituciones quedan en silencio
La revocación por parte del Tribunal Estatal Electoral (TEE) de las medidas cautelares impuestas al alcalde Marco Bonilla pone fin —por ahora— a la restricción que le impedía hacer declaraciones públicas sobre la denuncia presentada por la legisladora Brenda Ríos. Sin embargo, la resolución deja más preguntas que certezas sobre el actuar de las instituciones encargadas de la justicia electoral en Chihuahua.
El fallo unánime del TEE señala que el Instituto Estatal Electoral (IEE) impuso medidas desproporcionadas al no individualizar correctamente los hechos atribuidos a Bonilla y a un funcionario del Ayuntamiento. Más allá de lo jurídico, la resolución revela la falta de rigor con la que el IEE tomó una decisión que afecta derechos fundamentales como la libertad de expresión.
Mientras el alcalde recupera su voz pública, la autoridad electoral queda expuesta por su incapacidad para garantizar resoluciones sólidas e imparciales. ¿Se trató de un exceso motivado por la presión política o de simple incompetencia?
La consistencia y autonomía de las instituciones electorales son pilares para una democracia funcional. Este episodio deja claro que, en Chihuahua, esos pilares están tambaleándose. Bonilla podrá hablar, pero la ciudadanía merece saber quién va a responder por el silencio institucional que dejó esta polémica resolución.