¿Centinela o decorativo?
Este jueves, la gobernadora Maru Campos se fue hasta Guachochi para inaugurar el séptimo Subcentro Centinela del estado.
Según los datos oficiales, se invirtieron más de 200 millones de pesos en este nuevo centro de videovigilancia, que cubrirá también a Batopilas y Morelos, con más de 500 cámaras y arcos de vigilancia.
Todo se anunció con bombo y platillo, como si eso bastara para resolver la inseguridad.La gobernadora prometió “un nivel de vigilancia que nunca antes habían tenido” y pidió coordinación entre niveles de gobierno.
Muy bonito el discurso, pero si tomamos como ejemplo lo que ocurre en Ojinaga, Aldama y Coyame del Sotol, donde ya hay un subcentro Centinela funcionando sin resultados tangibles, la esperanza no alcanza.
En esas regiones el narco sigue mandando, las cámaras están, pero el Estado no.
Y la Sierra Tarahumara, que vive su propia pesadilla de abandono, merece más que otro cascarón con pantallas.
¿De qué sirve tanta tecnología si no hay presencia, justicia ni reacción?
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Visas, grilla y fuego cruzado
El mismo día, dos aspirantes a la gubernatura por Morena se movieron en el tablero. Cruz Pérez Cuéllar, alcalde de Ciudad Juárez, aclaró que su visa sigue vigente y aprovechó para acusar a Marco Bonilla, alcalde de Chihuahua, de estar detrás de una campaña para golpearlo.
Dijo que Bonilla se ha reunido con periodistas de la frontera para “darles línea” y hacer parecer que los ataques vienen desde Tabasco, cuando en realidad, según él, vienen del PAN.
Mientras tanto, Andrea Chávez cruzó la frontera y se dejó ver muy sonriente en Colombus, Nuevo México, en reunión con el alcalde de allá. Sin decirlo, mandó un mensaje clarito: mi visa también sigue vigente.
Todo esto mientras siguen los rumores de listas negras, vetos y presuntas investigaciones desde EE.UU. que buscan embarrar a los morenistas.
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El Cártel Tabasco y la nueva guerra sucia
La diputada panista Carmen Rocío González Alonso no se anduvo con rodeos: acusó públicamente a Andrea Chávez de estar financiada con recursos de dudosa procedencia y advirtió que el crimen organizado busca infiltrarse en la política de Chihuahua.
Desde Delicias, lanzó una frase que no pasó desapercibida:
“No queremos al Cártel Tabasco en Chihuahua”. Con eso se refirió a la supuesta red encabezada por Adán Augusto López, exgobernador de Tabasco, actual coordinador de Morena en el Senado, y padrino político de Andrea Chávez.
La panista acusó que Adán está vinculado a Hernán Bermúdez Requena, alias el “Comandante H”, su exsecretario de Seguridad, ahora señalado como líder de “La Barredora” y buscado en más de 180 países.
Además, denunció que el nivel de gasto en la promoción de Andrea no cuadra con su sueldo de senadora, y acusó que ese grupo busca operar en Chihuahua para robar combustible e introducir precursores químicos.
Aprovechó también para criticar la llamada “Ley Espía” aprobada en el Congreso, denunció la sanción contra una ciudadana que usó sus redes sociales para criticar al gobierno, y advirtió que el gobierno federal va por las Afores de los trabajadores.
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Ya es fuego judicial
Por si no bastara con los dardos mediáticos, el PAN ya judicializó su ofensiva: la vicecoordinadora Noemí Luna anunció que su partido presentó una denuncia penal contra Adán Augusto López Hernández por sus presuntos nexos con el narcotráfico.
Exigen que renuncie a la coordinación de Morena en el Senado mientras se investiga su relación con “La Barredora” y con el “Comandante H”, a quien él mismo nombró como su secretario de Seguridad Pública en Tabasco.
Y como para dejar claro que la ofensiva es en todos los frentes, también le dieron un raspón a Alfonso Romo, exfuncionario de AMLO y dueño de Casa de Bolsa Vector, señalada por EE.UU. de lavar dinero.
“Ahí sigue campante, porque lo protege el régimen morenista”, dijo Noemí Luna.
La narrativa es clara: buscan construir la imagen de una Morena infiltrada por el narco, que se financia con dinero sucio y que usa las instituciones para espiar y controlar.