El  negocio del replaqueo: Una práctica que debe terminar

El negocio del replaqueo: Una práctica que debe terminar

La propuesta de la diputada Rosana Díaz para eliminar los replaqueos en Chihuahua pone sobre la mesa un tema que por años ha sido un golpe directo a la economía de las familias chihuahuenses.

Más que una medida de seguridad, el replaqueo se ha convertido en un mecanismo recaudatorio disfrazado de política pública.

Cada gobierno estatal, sin importar si es del PRI o del PAN, ha impuesto esta medida con el pretexto de actualizar el padrón vehicular y fortalecer la seguridad.

Sin embargo, los resultados han sido siempre los mismos: largas filas, costos elevados para los ciudadanos y ningún cambio sustancial en la prevención del delito.

El argumento de Díaz sobre el uso de hologramas para actualizar la información vehicular es una alternativa viable y moderna que evitaría los gastos innecesarios que conlleva el cambio de placas.

La pregunta es: ¿estarán dispuestos los gobiernos a perder una de sus fuentes de ingresos más seguras?

Es momento de que el Congreso de Chihuahua actúe en favor de los ciudadanos y no de las arcas gubernamentales.

La eliminación del replaqueo no solo representa un alivio económico, sino también un freno a la vieja costumbre de los gobiernos estatales de utilizar a los contribuyentes como su caja chica.