Gilberto Loya y la doble moral en la seguridad: declaraciones ambiguas y agendas políticas
Las declaraciones de Gilberto Loya Chávez, secretario de Seguridad Pública Estatal de Chihuahua, sobre el caso del inspector Víctor Sosa Martínez no solo evidencian contradicciones, sino que también reflejan un patrón de opacidad que parece estar más alineado con su agenda política de cara a 2027 que con un verdadero compromiso con la seguridad y la justicia.
Drogas en posesión de un agente: ¿negligencia o encubrimiento?
Loya afirmó que Sosa Martínez no debió tener drogas en su posesión y que su deber era reportarlas de inmediato. Sin embargo, esta declaración deja más dudas que certezas. Si efectivamente el oficial tenía narcóticos consigo, ¿por qué no se ha esclarecido el origen de estas sustancias? ¿Qué tan comunes son estas “irregularidades” dentro de la corporación?
En lugar de abordar con seriedad las implicaciones de un policía con drogas en su poder, el secretario se limita a un discurso de manual, sin ofrecer explicaciones concretas sobre los controles internos que deberían prevenir este tipo de situaciones.
Las básculas “normales” en una casa particular
La declaración más alarmante de Loya es su intento de justificar la presencia de básculas en la casa de Sosa Martínez, asegurando que “es normal” su uso en operativos y para el pesaje de drogas incautadas. Pero si son equipo de trabajo, ¿por qué estaban en un domicilio privado y no en instalaciones oficiales? Esta postura ambigua deja abierta la posibilidad de que estos instrumentos sean utilizados fuera de los protocolos establecidos, sin supervisión adecuada y, en el peor de los casos, con fines ilícitos.
Honores póstumos: presunción de inocencia selectiva
Cuando se le cuestionó sobre los honores póstumos para el agente, Loya respondió que hasta que no concluyan las investigaciones no se puede presumir su culpabilidad. Curiosamente, su administración no ha mostrado la misma cautela en otros casos, donde elementos han sido señalados sin el beneficio de la duda. ¿Por qué en este caso sí se opta por la prudencia? ¿Acaso hay una protección especial para ciertos perfiles dentro de la corporación?
Seguridad o estrategia electoral
Estas declaraciones de Loya se producen en un contexto donde ya ha manifestado su interés por contender por la gubernatura de Chihuahua en 2027. Sus posturas ambiguas, lejos de fortalecer la confianza en las instituciones, parecen diseñadas para quedar bien con todos los sectores: con los oficiales a quienes busca ganarse como base de apoyo, con la ciudadanía a la que intenta transmitir una imagen de firmeza y con los grupos de poder que necesitan garantías de estabilidad.
Pero la seguridad pública no puede ser un juego de discursos estratégicos.
Chihuahua enfrenta una crisis grave en la que la colusión entre crimen y cuerpos de seguridad no es un tema menor. Si Loya realmente aspira a gobernar el estado, sus declaraciones deberían estar respaldadas por acciones contundentes y no por justificaciones a modo. De lo contrario, su papel en este caso solo confirma que, en su visión de la seguridad, la política sigue estando por encima de la justicia.